lunes, 30 de mayo de 2016

Fidelidad de tus clientes.


8 consejos para desarrollar un plan de negocios



A pesar de las ventajas que ofrece un plan de negocios tales como permitir conocer la viabilidad de un negocio, servir de guía para implementarlo y gestionarlo, y ayudar a demostrar su atractivo a terceros, muchos emprendedores suelen obviar el desarrollo de uno en sus emprendimientos debido a que lo consideran una tarea difícil de realizar.
Pero para que este no sea tu caso y no dejes de aprovechar todas las ventajas que conlleva, te presentamos a continuación 8 consejos que te ayudarán a desarrollar fácilmente un plan de negocios:

Usa otros planes de negocios como referencia

Usar otros planes de negocios como referencia para desarrollar uno, especialmente que traten sobre el negocio que se va a realizar, es lo primero que se puede hacer para simplificar su redacción y ahorrar tiempo. Analiza sus estructuras y contenido, selecciona los mejores, y utilízalos como referencia o base para desarrollar el tuyo.

Ten en cuenta los objetivos

Tener en cuenta los objetivos de un plan de negocios al momento de su desarrollo es otra forma de hacer más fácil este y ahorrar tiempo, pero además permite lograr un plan con más probabilidades de conseguir dichos objetivos.
Desarrolla tu plan de negocios teniendo en cuenta y de acuerdo a sus objetivos; por ejemplo, si el principal objetivo de tu plan es el de evaluar la factibilidad del lanzamiento de un nuevo producto, evita explicar en demasía el funcionamiento de este y dale mayor énfasis al estudio del mercado; y si el principal objetivo es el de conseguir financiamiento, evita explicar en demasía cuestiones técnicas y dale mayor énfasis a la evaluación financiera y a la descripción de tu equipo ejecutivo.

Ten en cuenta la audiencia

Desarrolla tu plan de negocios teniendo en cuenta y de acuerdo a su audiencia; por ejemplo, si tu plan va dirigido a entidades de crédito enfócate en la oportunidad del negocio y en las proyecciones de ingresos y gastos; y si va dirigido a inversionistas enfócate también en la oportunidad del negocio pero ten en cuenta que para estos antes que las proyecciones más importante es el retorno de la inversión y, por tanto, enfócate en este.

Empieza por las partes más fáciles

Para desarrollar tu plan de negocios en primer lugar determina la estructura que tendrá de acuerdo a sus objetivos y a su audiencia, luego escribe los títulos y subtítulos de cada parte, y luego ve desarrollando cada una de estas empezando por aquellas que se te hagan más fáciles de redactar o, en todo caso, por aquellas de las cuales dispones por el momento más información, y sin necesidad de culminar una parte para poder pasar a la siguiente.

Haz un plan de negocios de pocas páginas

Haz un plan de negocios con suficiente información como para explicar el negocio que se va a realizar y sustentar todo lo afirmado, pero sin abarcar demasiadas páginas. Para ello, además de tener en cuenta sus objetivos y su audiencia al momento de su desarrollo, recuerda también su objetivo principal que es el de señalar una idea de negocio, cómo se va a convertir dicha idea en un negocio y cómo se va a mantener dicho negocio por un determinado periodo de tiempo.

Utiliza imágenes y gráficos

El uso de imágenes y gráficos no solo hace más llevadero el desarrollo de un plan de negocios, sino que también permite describir o explicar mejor los elementos que lo conforman, además de hacerlo más atractivo para el lector.
Utiliza imágenes y gráficos durante todo tu plan de negocios; por ejemplo, utiliza imágenes de los productos o servicios que vas a ofrecer, flujogramas con el proceso o los procesos del negocio, organigramas con las áreas o departamentos que lo conformarán, y planos con la ubicación del local en donde operará o con la disposición de los elementos de este.

No dudes en pedir ayuda

Por más que uno tenga experiencia en el desarrollo de planes de negocios o por más que conozca todas las particularidades de su negocio, un poco de ayuda para desarrollar uno siempre será una forma de simplificar su redacción y ahorrar tiempo y esfuerzo.

Recuerda que un plan de negocios es un documento flexible


Finalmente, recordar al momento de su desarrollo que un plan de negocios es un documento flexible que puede y debe ser actualizado constantemente, hace más fácil su redacción ya que le quita a uno la presión por querer hacer un plan perfecto o definitivo. En un mundo cambiante como el de hoy, no es un documento escrito en piedra sino uno flexible que puede y debe ser actualizado constantemente agregándole, quitándole o corrigiéndolo información.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Consejos para un mejor manejo de las quejas o reclamaciones

Consejos que también te ayudarán a manejar las quejas o reclamos del cliente:
·        Mantén la calma: la regla general para el manejo de las quejas o reclamos es mantener la calma en todo momento. Ante una queja o reclamo debes ser consciente que te encuentras en una situación difícil, pero antes de preocuparte por perder al cliente, toma la situación como una oportunidad para saber en qué estás fallando y fidelizarlo.
·        Actúa con rapidez: otro requisito importante en el manejo de las quejas o reclamos es actuar con rapidez. Mientras menos tiempo tenga que esperar un cliente para que su queja o reclamo sea atendida y resuelta, mayores posibilidades tendrás de tranquilizarlo y satisfacerlo; pero mientras mayor sea el tiempo que tenga que esperar, mayor será su enfado.
·        Muestra actitud: en el manejo de las quejas o reclamos lo que realmente importa es la actitud. Un cliente se enojará menos y hasta perdonará un error si ve que se le ha atendido con actitud, si ve que uno se ha esforzado por resolver su problema, incluso si por algún motivo este no llegara a solucionarse.
·        Delega autoridad: para una mejor y más rápida atención de las quejas o reclamos, delega suficiente autoridad a tus trabajadores como para que ellos mismos sean capaces de atender estas, y así no tengan que estar remitiendo al cliente a otros trabajadores o a otras áreas, o estar consultando con sus superiores cómo deben proceder.

·        Ten cuidado con las redes sociales: finalmente, ten especial cuidado con las quejas o reclamos que los clientes publican en las redes sociales, ya que hoy en día con la popularización de estas, una queja o reclamo no contestada a tiempo o mal contestada, podría llegar a ser rápidamente del conocimiento de una gran cantidad de consumidores.

Cómo manejar las quejas o reclamos del cliente


Ya sea porque uno siempre cometerá errores al momento de diseñar un producto, brindar un servicio o atender un cliente, o simplemente porque siempre habrá clientes exigentes a los que nada les satisface, en todo negocio siempre habrá quejas o reclamos por parte del cliente y con ello la necesidad de saber manejarlas.
Una queja o reclamo mal manejada no solo podría significar un cliente menos, sino también un cliente que cuenta su mala experiencia a otros consumidores; mientras que una queja o reclamo bien manejada podría significar una oportunidad para saber en qué estamos fallando o podemos mejorar, y para reforzar nuestra relación con el cliente haciéndolo sentir útil y yendo más allá de sus expectativas.
Este artículo te mostraremos paso por paso cómo manejar las quejas o reclamos del cliente de tal manera que evites que estas lleguen a ser un problema y más bien las conviertas en una oportunidad.

1. Afronta rápidamente el problema

Ante una queja o reclamo por parte del cliente lo primero que debes hacer es afrontar el problema y atender la queja o reclamo lo más pronto posible.
Si un cliente se te acerca con una queja o reclamo procura dejar de hacer lo que estés haciendo y atiéndelo, si te envía una queja o reclamo a través de un correo electrónico, no dejes pasar mucho tiempo para responderlo aún cuando no tengas una solución para el problema, y si has cometido un error, no esperes a que el cliente te lo haga saber, sino anticípate a su queja o reclamo, y acércate o comunícate con él.
Afrontar rápidamente el problema te permitirá demostrarle al cliente tu interés por ayudarlo, y así apaciguarlo, y evitar que este se pueda enojar más al tener que esperar para ser atendido, y así que se empeore la situación.

2. Escucha atentamente

Una vez que has afrontado rápidamente el problema, escucha atentamente al cliente manifestar su queja o reclamo sin interrumpirlo o cortarlo.
Escuchar atentamente al cliente sin interrumpirlo o cortarlo hasta que termine de manifestar su queja o reclamo, no solo te permitirá entender bien el problema, sino también saber en qué estás fallando o puedes mejorar, y sobretodo demostrar tu interés por su situación y por ayudarlo, y así también apaciguarlo.
En cambio, si estás distraído mirando a otro lado o lo interrumpes o cortas antes de que termine de manifestar su queja o reclamo, no solo no entenderás bien el problema, sino que también lo harás enojar más ya que verá que no le estás prestando atención.

3. Muestra aprobación

Una vez que has escuchado atentamente al cliente manifestar su queja o reclamo, muestra aprobación por lo que te acaba de decir.
Evita hacer gestos de fastidio o de desaprobación aún cuando consideres que no tiene la razón, y limítate a asentir con la cabeza y a hacer las preguntas que, además de permitirte asegurarte de que has comprendido bien el problema, te permitan demostrar tu interés por su caso y por ayudarlo, y así también calmarlo.
Mostrar aprobación te permitirá hacerle saber al cliente que has comprendido el motivo de su queja o reclamo y que la consideras válida; sin embargo, ten en cuenta que todas las quejas o reclamos no siempre serán válidas, y que en ocasiones tendrás que hacerle saber amablemente que esta vez no tiene la razón.

4. Ofrece disculpas

Una vez que has mostrado aprobación por la queja o reclamo que te ha manifestado el cliente, ofrécele las disculpas del caso.
Para ofrecerle disculpas al cliente podrías usar frases como “le ruego que nos disculpe” o “le agradezco que nos haya manifestado su queja”, y a continuación, de ser necesario, darle una breve excusa por lo sucedido y prometerle que nunca más volverá a pasar.
Ofrecer disculpas te permitirá hacerle saber al cliente que aceptas tu error y que lo lamentas; sin embargo, ten en cuenta que en caso de que el problema haya sido solo un malentendido, basta con que le des las explicaciones del caso.

5. Comunica cómo vas a solucionar el problema

Una vez que has ofrecido disculpas, comunícale al cliente las medidas inmediatas que vas a tomar para solucionar el problema.
Por ejemplo, si su queja fue por un producto defectuoso, podrías decirle que se lo vas a cambiar por uno nuevo o que le vas a devolver su dinero, si fue por un trabajo o servicio por el que no quedó satisfecho, podrías decirle que se lo vas a volver a hacer, y si fue por una mala atención por parte de uno de tus trabajadores, podrías decirle que vas a hacer las investigaciones del caso.
En caso de que el cliente se muestre insatisfecho con tu propuesta de solución, podrías optar por preguntarle cómo es que él quisiera que resolvieras el problema, y si te pide otra solución, procura en lo posible satisfacerlo y aceptar lo que te pida.

6. Resuelve el problema

Una vez que le has comunicado al cliente las medidas inmediatas que vas a tomar para solucionar el problema, procede a hacerlas efectivas.
Por ejemplo, procede a cambiarle un producto, a devolverle su dinero, a hacerle nuevamente un trabajo o servicio, o a hacer las investigaciones internas sobre un trabajador que supuestamente lo atendió mal (por ejemplo, consultando con sus superiores, investigando si antes han habido otras quejas sobre él, poniéndole una mayor supervisión, etc.).
En caso de que se trate de un problema que tome tiempo en resolver, podrías optar por comunicarle al cliente que ya has empezado con las gestiones necesarias para resolverlo y que te estarás comunicando con él tan pronto como te sea posible.

7. Ofrece “algo más”

Una vez que has resuelto el problema, ofrécele “algo más” al cliente como compensación por su tiempo perdido y por las molestias que pudo haber tenido.
Por ejemplo, si su queja fue por un producto defectuoso, una vez que se lo has cambiado por uno nuevo, podrías optar por brindarle un bono de descuento para su próxima compra, o si su queja fue por un trabajo o servicio por el que no quedó satisfecho, una vez que se lo has vuelto a hacer, podrías optar por no cobrárselo y además ofrecerle un trabajo o servicio adicional de manera gratuita.
Ofrecer “algo más” te permitirá ir más allá de las expectativas del cliente, lo que muy probablemente hará que recuerde tu proceder mucho más que el problema original y que, además, se lleve una buena impresión de ti más de la que podría haberse llevado si es que no hubiera habido complicación alguna.

8. Haz seguimiento

Finalmente, una vez que le has ofrecido “algo más” al cliente, hazle seguimiento a su caso para asegurarte de que esta vez sí haya quedado satisfecho y que el problema no se vuelva a repetir.
Por ejemplo, si su queja fue por un producto defectuoso, una vez que se lo has cambiado por uno nuevo y le has ofrecido no cobrárselo, llámalo por teléfono para preguntarle si esta vez sí ha quedado satisfecho, o si su queja fue por una mala atención, una vez que te has asegurado de que sea bien atendido y le has ofrecido una compensación por el mal rato pasado, ponle un mayor control a tus trabajadores para asegurarte de que no vuelvan a cometer el mismo error.

Hacer seguimiento te permitirá asegurarte de que el problema se haya resuelto y no se vuelva a repetir, seguir demostrando tu interés por el cliente, y tener la oportunidad de mantener comunicación con él, y así, por ejemplo, poder ofrecerle nuevos productos o servicios que podrían ser de su interés.

El VAN y el TIR


El VAN y el TIR son dos herramientas financieras procedentes de las matemáticas financieras que nos permiten evaluar la rentabilidad de un proyecto de inversión, entendiéndose por proyecto de inversión no solo como la creación de un nuevo negocio, sino también, como inversiones que podemos hacer en un negocio en marcha, tales como el desarrollo de un nuevo producto, la adquisición de nueva maquinaria, el ingreso en un nuevo rubro de negocio, etc.
Valor actual neto (VAN)
El VAN es un indicador financiero que mide los flujos de los futuros ingresos y gastos que tendrá un proyecto, para determinar, si luego de descontar la inversión inicial, nos quedaría alguna ganancia. Si el resultado es positivo, el proyecto es viable.
Basta con hallar VAN de un proyecto de inversión para saber si dicho proyecto es viable o no. El VAN también nos permite determinar cuál proyecto es el más rentable entre varias opciones de inversión. Incluso, si alguien nos ofrece comprar nuestro negocio, con este indicador podemos determinar si el precio ofrecido está por encima o por debajo de lo que ganaríamos de no venderlo.
La fórmula del VAN es:
VAN = BNA – Inversión

VAN > 0 → el proyecto es rentable.
VAN = 0 → el proyecto es rentable también, porque ya está incorporado ganancia de la TD.
VAN < 0 → el proyecto no es rentable.
Entonces para hallar el VAN se necesitan:
·        tamaño de la inversión.
·        flujo de caja neto proyectado.
·        tasa de descuento.
Veamos un ejemplo:
Un proyecto de una inversión de 12000 y una tasa de descuento (TD) de 14%:

año 1
año 2
año 3
año 4
año 5
Flujo de caja neto
4000
4000
4000
4000
5000

El beneficio neto nominal sería de 21000 (4000 + 4000 + 4000 + 4000 + 5000), y la utilidad lógica sería 9000 (21000 – 12000), pero este beneficio o ganancia no sería real (sólo nominal) porque no se estaría considerando el valor del dinero en el tiempo, por lo que cada periodo debemos actualizarlo a través de una tasa de descuento (tasa de rentabilidad mínima que esperamos ganar).
Hallando el VAN:
VAN = BNA – Inversión
VAN = 4000 / (1 + 0.14)1 + 4000 / (1 + 0.14)2 + 4000 / (1 + 0.14)3 + 4000 / (1 + 0.14)4 + 5000 / (1 + 0.14)5 – 12000
VAN = 14251.69 – 12000
VAN = 2251.69
Si tendríamos que elegir entre varios proyectos (A, B y C):
VANa = 2251.69
VANb = 0
VANc = 1000
Los tres serían rentables, pero escogeríamos el proyecto A pues nos brindaría una mayor ganancia adicional.
Tasa interna de retorno (TIR)
La TIR es la tasa de descuento (TD) de un proyecto de inversión que permite que el BNA sea igual a la inversión (VAN igual a 0). La TIR es la máxima TD que puede tener un proyecto para que sea rentable, pues una mayor tasa ocasionaría que el BNA sea menor que la inversión (VAN menor que 0).
Entonces para hallar la TIR se necesitan:
·        tamaño de inversión.
·        flujo de caja neto proyectado.
Veamos un ejemplo:
Un proyecto de una inversión de 12000 (similar al ejemplo del VAN):

año 1
año 2
año 3
año 4
año 5
Flujo de caja neto
4000
4000
4000
4000
5000

Para hallar la TIR hacemos uso de la fórmula del VAN, sólo que en vez de hallar el VAN (el cual reemplazamos por 0), estaríamos hallando la tasa de descuento:
VAN = BNA – Inversión
0 = 4000 / (1 + i)1 + 4000 / (1 + i)2 + 4000 / (1 + i)3 + 4000 / (1 + i)4 + 5000 / (1 + i)5 – 12000
i = 21%
TIR = 21%

Si esta tasa fuera mayor, el proyecto empezaría a no ser rentable, pues el BNA empezaría a ser menor que la inversión. Y si la tasa fuera menor (como en el caso del ejemplo del VAN donde la tasa es de 14%), a menor tasa, el proyecto sería cada vez más rentable, pues el BNA sería cada vez mayor que la inversión.

Funciones de las finanzas en una empresa


Todas las funciones de las finanzas (o del encargado o del área o departamento de las finanzas) en una empresa, se basan en dos funciones principales: la función de inversión y la función de financiamiento.
Estas funciones son opuestas, pero, a la vez, complementarias, por ejemplo, si depositamos dinero en una cuenta bancaria, estaremos invirtiendo dinero (inversión) y, a la vez, el banco estaría financiándose (financiamiento). Y, por otro lado, si obtenemos un crédito del banco (financiamiento), el banco estaría invirtiendo (inversión).
Una operación financiera, siempre puede ser vista desde dos puntos de vista diferentes, pero complementarios, desde el punto de vista la inversión y desde el punto de vista del financiamiento.
Inversiones
La función de inversiones por parte de finanzas consiste en:
1.    Buscar opciones de inversión con las que pueda contar la empresa, opciones tales como la creación de nuevos productos, adquisición de activos, ampliación del local, compra de títulos o acciones, etc.
2.    Evaluar dichas opciones de inversión, teniendo en cuenta cuál presenta una mayor rentabilidad, cuál nos permite recuperar nuestro dinero en el menor tiempo posible. Y, a la vez, evaluar si contamos con la capacidad financiera suficiente para adquirir la inversión, ya sea usando capital propio, o si contamos con la posibilidad de poder acceder a alguna fuente externa de financiamiento.
3.    Seleccionar la opción más conveniente para nuestro negocio.
La búsqueda de opciones de inversión se da cuando:
1.    Queremos hacer crecer el negocio, por ejemplo, al adquirir nuevos activos, nueva maquinaria, lanzar nuevos productos, ampliar el local, comprar nuevos locales, etc.
2.    Contamos con exceso de liquidez (dinero en efectivo que no vamos a utilizar) y queremos invertirlo con el fin de hacerlo crecer, por ejemplo, en la adquisición de títulos o acciones, en depósitos de cuentas bancarias, etc.
Para evaluar y conocer la rentabilidad de una inversión se hace uso del Análisis Financiero, del cual, una de sus principales herramientas, son el VAN y eL TIR.

Financiamiento
La función de financiamiento por parte de finanzas consiste en:
1.    Buscar fuentes de financiamiento para la empresa, fuentes tales como préstamos, créditos, emisión de títulos valores, de acciones, etc.
2.    Evaluar dichas fuentes de financiamiento, por ejemplo, en el caso de adquirir un préstamo o un crédito, evaluar cuál nos brinda mejores facilidades de pago, cuál tiene un menor costo (menor tasa de interés). Y, a la vez, evaluar nuestra capacidad para hacer frente a la adquisición de la deuda.
3.    Seleccionar la más conveniente para nuestro negocio.
La búsqueda de financiamiento se da cuando:
1.    Existe una falta de liquidez para hacer frente a las operaciones diarias del negocio.
2.    Queremos hacer crecer el negocio, por ejemplo, queremos adquirir nueva maquinaria, lanzar un nuevo producto, ampliar el local, etc., y no contamos con capital propio suficiente para hacer frente a la inversión.

Para evaluar las diferentes fuentes de financiamiento, se hace uso de las Matemáticas Financieras.

martes, 24 de mayo de 2016

Se buscan líderes, no jefes


En épocas de vacas gordas, las empresas solo se preocupan en mejorar resultados, despachan más que venden, y no se preguntan si tienen capataces o líderes. La crisis ha hecho volver la cabeza a los trabajadores. “Los directivos nos dicen que han superado una crisis, y no pueden despedir a más personas por adelgazar el coste, pero nos preguntan si tienen los trabajadores adecuados para llevar el negocio de forma sostenible hacia el futuro y la internacionalización. Quién se cuestiona qué hacer con su empresa, cambia su papel de jefe a líder, e identifica el perfil de cada trabajador para aplicarlo en futuros giros del negocio”, cuenta Alberto Blanco, director general de Grupo Actual.
¿Por qué el liderazgo da un mejor resultado empresarial que el ordeno y mando? Estudios sobre el funcionamiento del cerebro (realizados con herramientas como la resonancia magnética funcional), han detectado que un trato irrespetuoso sube la tensión sanguínea y genera estrés. “Es el camino a la depresión, la segunda enfermedad de mayor crecimiento en países desarrollados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El jefe es irrespetuoso, y no siempre se manifiesta en gritos. El líder trabaja para sacar el máximo talento, y para ello debe haber respeto, confianza y motivación”, explica José María Gasalla, codirector del programa decoaching ejecutivo de Deusto Business School.

El rígido estilo de dirección de los jefes ha quedado anticuado porque no es competitivo, desmotiva a las plantillas, y provoca la huida de los mejores trabajadores. No solo eso, un informe realizado por el IESE señala al estilo de gestión, a la falta de motivación de los empleados y a la mala calidad laboral (rigidez de horarios, falta de expectativas y estrés laboral) como tres de las cuatro causas del absentismo en el trabajo. Este defecto de gestión no es gratis, costó 9.271 millones de euros a España en 2014, informa Adecco.

UNA LÍNEA DELGADA 


La línea entre el jefe tradicional y el jefe tóxico que provoca ambientes laborales enfermos es muy fina. “La cruzan los jefes que solo están orientados a resultados y a clientes. Más del 40% de los directivos en el mundo manda en función del estrés porque trabaja pensando en los resultados, y se olvidan de gestionar a las personas”, denuncia Maite Palomo, profesora del máster en Dirección de Personas y Desarrollo Organizativo de ESIC.
Tratar a los trabajadores como personas no queda en ser bueno con ellos. “Hay que explicarles los objetivos de la empresa para que dejen de sentirse como simples números. Un líder es un gestor de la diversidad que contagia entusiasmo al equipo, sin olvidar las labores ejecutivas de control diario”, puntualiza Maite Palomo. “El jefe debe superar sus personalismos para convertirse en líder de un grupo, y hacer un equipo de gente madura que asuma su responsabilidad y reme en la misma dirección”, añade Santiago Álvarez de Mon, profesor de Dirección de Personas en el IESE.
Muchos empresarios no son conscientes de que mandan a trabajadores en vez de dirigir equipos de personas, y solo acuden a los cursos de management porque venden menos que sus competidores. Los ingenieros convertidos en jefes de equipo acuden para aprender a gestionarlos, algo que no les enseñan en su formación. Otros llegan buscando “la receta mágica del buen líder, en vez de buscar mejorar en la gestión de las personas”, añade Maite Palomo. Un líder se rodea de empleados formados en sus competencias, y deja espacio para su desarrollo. “Entonces hacen un trabajo de calidad, y se convierten en maestros. A partir de ahí, se crea una empresa solvente que crece bajo la mera supervisión del líder”, explica Álvarez de Mon.

La base del líder es saber gestionarse. “Si no ejerzo el autoliderazgo, la automotivación y la autoconfianza, ¿cómo voy a hacerlo con los demás?”, se pregunta José María Gasalla. A partir de ahí, hay que saber detectar la valía de quienes están por debajo para enfocarla a objetivos concretos. “Un líder no manda a sus trabajadores, les ofrece tareas y les pregunta si pueden hacerlas. El trabajo debe acordarse entre ambas partes”, añade José María Gasalla.
El líder que triunfa sabe adaptarse a las situaciones y a las personas para conseguir que la empresa llegue a los objetivos estratégicos marcados. “Debe tener inteligencia emocional, competencias sociales, competencias de gestión, competencias estratégicas, y sustentarse en valores éticos”, resume Maite Palomo.


A las empresas con más mujeres ejecutivas les va mejor, según estudio


El Peterson Institute for International Economics acaba de publicar un estudio sobre la diversidad de género entre los directivos y el rendimiento corporativo de sus empresas. La muestra es amplia, casi 22.000 compañías de múltiples sectores y tamaños nada menos que en 91 países, lo cual permite generalizar los resultados con bastante fiabilidad. Algunas de sus conclusiones, dado que estamos ya en pleno siglo XXI, llaman a la reflexión sobre este tema tan tratado y no por ello menos desconocido del papel de la mujer en los contextos de trabajo.
El descubrimiento más llamativo del estudio es que las empresas que cuentan al menos con un 30% de mujeres en los niveles ejecutivos tienen un 15% más de beneficios que las que están por debajo de este porcentaje. Hay un buen número de países, de hecho, que tienen reguladas cuotas obligatorias de participación de mujeres en los consejos de administración.
Por qué la existencia de una masa crítica de mujeres directivas podría resultar tan beneficiosa para el negocio? Evidentemente no tenemos ningún motivo para suponer que las mujeres sean más competentes que sus colegas masculinos. Sin embargo, cuando una mujer llega a estos puestos ha tenido que pasar por pruebas bastante más duras que un hombre, con lo cual sí podemos imaginar un efecto de auto selección que en cierta forma suba el listón.  

En cualquier caso, en mi opinión lo que cuenta es el conjunto de factores de la organización que terminan generando esta diversidad. Entre ellos destacaría una cultura que supera estereotipos y prejuicios, que basa sus decisiones de recursos humanos en méritos profesionales y no en circunstancias personales. Evidentemente no podemos desligar el rol de la mujer profesional de las cuestiones familiares y de maternidad, aunque no sea éste el caso de todas nosotras. De hecho, uno de los factores que el estudio encuentra más relevante es el tipo de medidas que las empresas adoptan sobre los permisos de paternidad, que guarda una correlación positiva y significativa con la proporción de mujeres ejecutivas. Esto ya nos dice mucho tanto de la filosofía de la propia organización como de la mentalidad de los empleados. Es una cuestión que trasciende el mundo del trabajo, una forma de entender la sociedad y la diversidad de roles, la igualdad y la inclusión. Y para la empresa es una cuestión de entender el mundo en que se desenvuelve, lo que su capital humano necesita y a lo que aspira. Aún nos queda muchísimo por avanzar en este campo de la diversidad de género. Y ni siquiera hemos tocado el tema de las diferencias salariales, que visto el resultado de este estudio requerirían una cuidadosa revisión, al menos en los estamentos directivos.

viernes, 6 de mayo de 2016

Un poquito de humor, pero hoy toca tema financiero, mi campo.



Como la inteligencia emocional enriquece tu trabajo


Los espacios de trabajo son a menudo esos micromundos complejos, llenos de rivalidades entre compañeros, y con una frecuente desconexión emocional entre jefes y empleados. No siempre se trabaja con las expectativas y la comodidad que uno desearía. Presiones, estrés, horarios imposibles, escasa comunicación entre los miembros que conlleva no solo a la improductividad y a la ineficacia de esa empresa o esa entidad laboral, sino a la infelicidad de sus componentes. Una insatisfacción que en muchas ocasiones acaba extendiéndose al plano personal y familiar de cada uno…

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Y EL ÉXITO PROFESIONAL
Hemos de tener clara una cosa: las personas somos emocionales antes que racionales. Pensaremos del modo más lógico y razonal posible, pero casi siempre actuaremos de acuerdo a nuestras emociones. De ahí que a menudo suela verse cómo los mejores líderes empresariales siempre son aquellos que saben ver las necesidades de sus empleados, fomentando un buen ambiente de trabajo, ahí donde cada individuo se sienta cómodo para expresar ideas, ahí donde exista flexibilidad, oportunidades de participación, donde todos se sientan escuchados y valorados.
La inteligencia emocional es indispensable tanto para llegar a ser un buen líder, como para rendir y aprovechar al máximo la realidad laboral de cada uno. Un ejemplo ilustrativo de cómo las emociones y su manejo tienen un peso esencial en este ámbito, lo tiene un reciente estudio realizado en Reino Unido y publicado en el periódico "The Guardian". En él intentaba verse cómo afrontaban los trabajadores los altibajos económicos actuales en sus respectivos puestos y sectores. El resultado fue curioso y comprensible, podía verse como la mayoría de individuos se posicionaban en el "modo de supervivencia", es decir, se aferraban a lo que tenían en esos instantes fuera cual fuera su situación.
Esta sensación de "anclaje absoluto" a ese trabajo fueran cual fueran las situaciones, les generaba a su vez una fuerte sensación de estrés e infelicidad. Eran pues incapaces de ver otras opciones, nuevas oportunidades. Es decir, el propio estrés terminaba bloqueándoles.
Obviamente estas situaciones son más que comprensibles, ante épocas de crisis toda persona se aferra a lo poco que tenga, a ese trabajo que le aporta un medio económico con el que subsistir a pesar de que, las condiciones en las que trabaje, no sean las adecuadas. Pero los expertos en Inteligencia Emocional nos señalan que hemos de aprender a gestionar nuestra realidad y nuestras emociones. En ocasiones, tiempo de crisis es también tiempo de oportunidades, ahí donde empezar a ser creativos, a buscar nuevas opciones de crecimiento personal y laboral. Hay que evitar bloqueos, manejar el estrés y evitar ante todo que se nos priven de nuestros derechos como trabajadores.

CONSEJOS PARA DESARROLLAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL TRABAJO
Lo sabemos, el primer consejo sería sin duda educar a nuestros jefes en materia de Inteligencia Emocional. Pero mientras aguardamos a que se suceda la transformación, empezaremos por nosotros mismos, que es sin duda lo esencial. Veámoslo pues:
1. Escúchate a ti mismo:
Importante que conozcas aquellas situaciones que más estrés y ansiedad te provocan en el ámbito laboral. Establece una serie de prioridades para ver ante todo si esa ansiedad está afectando directamente a tu vida personal… ¿duermes mal por las noches, te cuesta levantarte por las mañanas para ir al trabajo, han cambiado las relaciones con los tuyos por culpa del trabajo? Analiza pues esas situaciones estresantes e intenta afrontarlas: ¿es un compañero? ¿es tu jefe? ¿es el trabajo en sí? Piensa en ello, recordando ante todo separar el ámbito laboral del personal. Cuando llegues a casa, relájate, busca tiempo para ti.
2. Escucha, no oigas
Sabemos que en los ámbitos laborales se escuchan muchas cosas. Esos compañeros que nos llegan con la necesidad de criticar a otros, esos rumores que nos llegan de vez en cuando, esas informaciones que lejos de ayudarnos nos perjudican… es esencial que aprendamos a focalizar la atención en aquello que es realmente importante, y que "silenciemos" nuestros oídos de aquello que no lo es. Las personas hábiles en Inteligencia emocional, saben centrar la antención en lo que es esencial, separándolo del simple "ruido".
3. Presta atención al lenguaje corporal

Las emociones no solo están en nuestras palabras, sino también en nuestros gestos y expresiones. Atiéndete no solo a ti mismo y en cómo ofreces "información no verbal a tus compañeros", fíjate también en ellos, atiéndelos para comprenderlos y obtener así aún más información del medio laboral en el que te mueves cada día.
Piensa que los escenarios de trabajo son como micromundos dotados de un lenguaje propio, están llenos de rumores, de emociones, de miedos y deseos, en ocasiones de envidias y por qué no, también de deseos de alcanzar grandes metas y proyectos. Si todos los miembros fueran capaces de entenderse y respetarse unos a otros, seguro que se seríamos mucho más productivos, efectivos… y felices.