lunes, 30 de mayo de 2016
8 consejos para desarrollar un plan de negocios
A pesar de las ventajas que ofrece un plan de negocios tales
como permitir conocer la viabilidad de un negocio, servir de guía para
implementarlo y gestionarlo, y ayudar a demostrar su atractivo a terceros,
muchos emprendedores suelen obviar el desarrollo de uno en sus emprendimientos
debido a que lo consideran una tarea difícil de realizar.
Pero para que este no sea tu caso y no dejes de aprovechar todas
las ventajas que conlleva, te presentamos a continuación 8 consejos que te
ayudarán a desarrollar fácilmente un plan de negocios:
Usa otros planes de negocios como referencia
Usar otros planes de negocios como
referencia para desarrollar uno, especialmente que traten sobre el negocio que
se va a realizar, es lo primero que se puede hacer para simplificar su
redacción y ahorrar tiempo. Analiza sus estructuras y contenido, selecciona los
mejores, y utilízalos como referencia o base para desarrollar el tuyo.
Ten en cuenta los objetivos
Tener en cuenta los objetivos de un plan de
negocios al momento de su desarrollo es otra forma de hacer más fácil este y
ahorrar tiempo, pero además permite lograr un plan con más probabilidades de
conseguir dichos objetivos.
Desarrolla tu plan de negocios teniendo en
cuenta y de acuerdo a sus objetivos; por ejemplo, si el principal objetivo de
tu plan es el de evaluar la factibilidad del lanzamiento de un nuevo producto,
evita explicar en demasía el funcionamiento de este y dale mayor énfasis al
estudio del mercado; y si el principal objetivo es el de conseguir
financiamiento, evita explicar en demasía cuestiones técnicas y dale mayor
énfasis a la evaluación financiera y a la descripción de tu equipo ejecutivo.
Ten
en cuenta la audiencia
Desarrolla tu plan de negocios teniendo en
cuenta y de acuerdo a su audiencia; por ejemplo, si tu plan va dirigido a
entidades de crédito enfócate en la oportunidad del negocio y en las
proyecciones de ingresos y gastos; y si va dirigido a inversionistas enfócate
también en la oportunidad del negocio pero ten en cuenta que para estos antes
que las proyecciones más importante es el retorno de la inversión y, por tanto,
enfócate en este.
Empieza por las partes más fáciles
Para desarrollar tu plan de negocios en
primer lugar determina la estructura que tendrá de acuerdo a sus objetivos y a
su audiencia, luego escribe los títulos y subtítulos de cada parte, y luego ve
desarrollando cada una de estas empezando por aquellas que se te hagan más
fáciles de redactar o, en todo caso, por aquellas de las cuales dispones por el
momento más información, y sin necesidad de culminar una parte para poder pasar
a la siguiente.
Haz un plan de negocios de pocas páginas
Haz un plan de negocios con suficiente
información como para explicar el negocio que se va a realizar y sustentar todo
lo afirmado, pero sin abarcar demasiadas páginas. Para ello, además de tener en
cuenta sus objetivos y su audiencia al momento de su desarrollo, recuerda
también su objetivo principal que es el de señalar una idea de negocio, cómo se
va a convertir dicha idea en un negocio y cómo se va a mantener dicho negocio
por un determinado periodo de tiempo.
Utiliza imágenes y gráficos
El uso de imágenes y gráficos no solo hace
más llevadero el desarrollo de un plan de negocios, sino que también permite
describir o explicar mejor los elementos que lo conforman, además de hacerlo
más atractivo para el lector.
Utiliza imágenes y gráficos durante todo tu
plan de negocios; por ejemplo, utiliza imágenes de los productos o servicios
que vas a ofrecer, flujogramas con el proceso o los procesos del negocio,
organigramas con las áreas o departamentos que lo conformarán, y planos con la
ubicación del local en donde operará o con la disposición de los elementos de
este.
No dudes en pedir ayuda
Por más que uno tenga experiencia en el
desarrollo de planes de negocios o por más que conozca todas las
particularidades de su negocio, un poco de ayuda para desarrollar uno siempre
será una forma de simplificar su redacción y ahorrar tiempo y esfuerzo.
Recuerda
que un plan de negocios es un documento flexible
Finalmente, recordar al momento de su
desarrollo que un plan de negocios es un documento flexible que puede y debe
ser actualizado constantemente, hace más fácil su redacción ya que le quita a
uno la presión por querer hacer un plan perfecto o definitivo. En un mundo
cambiante como el de hoy, no es un documento escrito en piedra sino uno
flexible que puede y debe ser actualizado constantemente agregándole,
quitándole o corrigiéndolo información.
jueves, 26 de mayo de 2016
miércoles, 25 de mayo de 2016
Consejos para un mejor manejo de las quejas o reclamaciones
Consejos que también te ayudarán a
manejar las quejas o reclamos del cliente:
·
Mantén la calma: la regla
general para el manejo de las quejas o reclamos es mantener la calma en todo
momento. Ante una queja o reclamo debes ser consciente que te encuentras en una
situación difícil, pero antes de preocuparte por perder al cliente, toma la
situación como una oportunidad para saber en qué estás fallando y fidelizarlo.
·
Actúa con rapidez: otro
requisito importante en el manejo de las quejas o reclamos es actuar con
rapidez. Mientras menos tiempo tenga que esperar un cliente para que su queja o
reclamo sea atendida y resuelta, mayores posibilidades tendrás de
tranquilizarlo y satisfacerlo; pero mientras mayor sea el tiempo que tenga que
esperar, mayor será su enfado.
·
Muestra actitud: en el manejo
de las quejas o reclamos lo que realmente importa es la actitud. Un cliente se
enojará menos y hasta perdonará un error si ve que se le ha atendido con
actitud, si ve que uno se ha esforzado por resolver su problema, incluso si por
algún motivo este no llegara a solucionarse.
·
Delega autoridad: para una
mejor y más rápida atención de las quejas o reclamos, delega suficiente
autoridad a tus trabajadores como para que ellos mismos sean capaces de atender
estas, y así no tengan que estar remitiendo al cliente a otros trabajadores o a
otras áreas, o estar consultando con sus superiores cómo deben proceder.
·
Ten cuidado con las redes sociales: finalmente, ten especial cuidado con las quejas o reclamos que
los clientes publican en las redes sociales, ya que hoy en día con la
popularización de estas, una queja o reclamo no contestada a tiempo o mal
contestada, podría llegar a ser rápidamente del conocimiento de una gran
cantidad de consumidores.
Cómo manejar las quejas o reclamos del cliente
Ya sea porque uno siempre cometerá
errores al momento de diseñar un producto, brindar un servicio o atender un
cliente, o simplemente porque siempre habrá clientes exigentes a los que nada
les satisface, en todo negocio siempre habrá quejas o reclamos por parte del
cliente y con ello la necesidad de saber manejarlas.
Una queja o
reclamo mal manejada no solo podría significar un cliente menos, sino también
un cliente que cuenta su mala experiencia a otros consumidores; mientras que
una queja o reclamo bien manejada podría significar una oportunidad para saber
en qué estamos fallando o podemos mejorar, y para reforzar nuestra relación con
el cliente haciéndolo sentir útil y yendo más allá de sus expectativas.
Este artículo te mostraremos paso por paso cómo manejar las
quejas o reclamos del cliente de tal manera que evites que estas lleguen a ser
un problema y más bien las conviertas en una oportunidad.
1. Afronta rápidamente el problema
Ante una queja o reclamo por parte del
cliente lo primero que debes hacer es afrontar el problema y atender la queja o
reclamo lo más pronto posible.
Si un cliente se te acerca con una queja o
reclamo procura dejar de hacer lo que estés haciendo y atiéndelo, si te envía
una queja o reclamo a través de un correo electrónico, no dejes pasar mucho
tiempo para responderlo aún cuando no tengas una solución para el problema, y
si has cometido un error, no esperes a que el cliente te lo haga saber, sino
anticípate a su queja o reclamo, y acércate o comunícate con él.
Afrontar rápidamente el problema te
permitirá demostrarle al cliente tu interés por ayudarlo, y así apaciguarlo, y
evitar que este se pueda enojar más al tener que esperar para ser atendido, y
así que se empeore la situación.
2.
Escucha atentamente
Una vez que has afrontado rápidamente el
problema, escucha atentamente al cliente manifestar su queja o reclamo sin
interrumpirlo o cortarlo.
Escuchar atentamente al cliente sin
interrumpirlo o cortarlo hasta que termine de manifestar su queja o reclamo, no
solo te permitirá entender bien el problema, sino también saber en qué estás
fallando o puedes mejorar, y sobretodo demostrar tu interés por su situación y
por ayudarlo, y así también apaciguarlo.
En cambio, si estás distraído mirando a
otro lado o lo interrumpes o cortas antes de que termine de manifestar su queja
o reclamo, no solo no entenderás bien el problema, sino que también lo harás
enojar más ya que verá que no le estás prestando atención.
3. Muestra aprobación
Una vez que has escuchado atentamente al
cliente manifestar su queja o reclamo, muestra aprobación por lo que te acaba
de decir.
Evita hacer gestos de fastidio o de
desaprobación aún cuando consideres que no tiene la razón, y limítate a asentir
con la cabeza y a hacer las preguntas que, además de permitirte asegurarte de
que has comprendido bien el problema, te permitan demostrar tu interés por su
caso y por ayudarlo, y así también calmarlo.
Mostrar aprobación te permitirá hacerle saber al cliente que has
comprendido el motivo de su queja o reclamo y que la consideras válida; sin
embargo, ten en cuenta que todas las quejas o reclamos no siempre serán
válidas, y que en ocasiones tendrás que hacerle saber amablemente que esta vez
no tiene la razón.
4. Ofrece disculpas
Una vez que has mostrado aprobación por la
queja o reclamo que te ha manifestado el cliente, ofrécele las disculpas del
caso.
Para ofrecerle disculpas al cliente podrías
usar frases como “le ruego que nos disculpe” o “le agradezco que nos haya
manifestado su queja”, y a continuación, de ser necesario, darle una breve
excusa por lo sucedido y prometerle que nunca más volverá a pasar.
Ofrecer disculpas te permitirá hacerle
saber al cliente que aceptas tu error y que lo lamentas; sin embargo, ten en
cuenta que en caso de que el problema haya sido solo un malentendido, basta con
que le des las explicaciones del caso.
5. Comunica cómo vas a solucionar el problema
Una vez que has ofrecido disculpas,
comunícale al cliente las medidas inmediatas que vas a tomar para solucionar el
problema.
Por ejemplo, si su queja fue por un
producto defectuoso, podrías decirle que se lo vas a cambiar por uno nuevo o
que le vas a devolver su dinero, si fue por un trabajo o servicio por el que no
quedó satisfecho, podrías decirle que se lo vas a volver a hacer, y si fue por
una mala atención por parte de uno de tus trabajadores, podrías decirle que vas
a hacer las investigaciones del caso.
En caso de que el cliente se muestre
insatisfecho con tu propuesta de solución, podrías optar por preguntarle cómo
es que él quisiera que resolvieras el problema, y si te pide otra solución,
procura en lo posible satisfacerlo y aceptar lo que te pida.
6. Resuelve el problema
Una vez que le has comunicado al cliente
las medidas inmediatas que vas a tomar para solucionar el problema, procede a
hacerlas efectivas.
Por ejemplo, procede a cambiarle un
producto, a devolverle su dinero, a hacerle nuevamente un trabajo o servicio, o
a hacer las investigaciones internas sobre un trabajador que supuestamente lo atendió
mal (por ejemplo, consultando con sus superiores, investigando si antes han
habido otras quejas sobre él, poniéndole una mayor supervisión, etc.).
En caso de que se trate de un problema que
tome tiempo en resolver, podrías optar por comunicarle al cliente que ya has
empezado con las gestiones necesarias para resolverlo y que te estarás
comunicando con él tan pronto como te sea posible.
7. Ofrece “algo más”
Una vez que has resuelto el problema,
ofrécele “algo más” al cliente como compensación por su tiempo perdido y por
las molestias que pudo haber tenido.
Por ejemplo, si su queja fue por un
producto defectuoso, una vez que se lo has cambiado por uno nuevo, podrías
optar por brindarle un bono de descuento para su próxima compra, o si su queja
fue por un trabajo o servicio por el que no quedó satisfecho, una vez que se lo
has vuelto a hacer, podrías optar por no cobrárselo y además ofrecerle un
trabajo o servicio adicional de manera gratuita.
Ofrecer “algo más” te permitirá ir más allá
de las expectativas del cliente, lo que muy probablemente hará que recuerde tu
proceder mucho más que el problema original y que, además, se lleve una buena
impresión de ti más de la que podría haberse llevado si es que no hubiera
habido complicación alguna.
8. Haz seguimiento
Finalmente, una vez que le has ofrecido
“algo más” al cliente, hazle seguimiento a su caso para asegurarte de que esta
vez sí haya quedado satisfecho y que el problema no se vuelva a repetir.
Por ejemplo, si su queja fue por un
producto defectuoso, una vez que se lo has cambiado por uno nuevo y le has
ofrecido no cobrárselo, llámalo por teléfono para preguntarle si esta vez sí ha
quedado satisfecho, o si su queja fue por una mala atención, una vez que te has
asegurado de que sea bien atendido y le has ofrecido una compensación por el
mal rato pasado, ponle un mayor control a tus trabajadores para asegurarte de
que no vuelvan a cometer el mismo error.
Hacer seguimiento te permitirá asegurarte
de que el problema se haya resuelto y no se vuelva a repetir, seguir
demostrando tu interés por el cliente, y tener la oportunidad de mantener
comunicación con él, y así, por ejemplo, poder ofrecerle nuevos productos o
servicios que podrían ser de su interés.
El VAN y el TIR
El VAN y el TIR son dos herramientas
financieras procedentes de las matemáticas financieras que nos permiten evaluar
la rentabilidad de un proyecto de inversión, entendiéndose por proyecto de
inversión no solo como la creación de un nuevo negocio, sino también, como
inversiones que podemos hacer en un negocio en marcha, tales como el desarrollo
de un nuevo producto, la adquisición de nueva maquinaria, el ingreso en un
nuevo rubro de negocio, etc.
Valor actual neto (VAN)
El VAN es un indicador financiero que
mide los flujos de los futuros ingresos y gastos que tendrá un proyecto, para
determinar, si luego de descontar la inversión inicial, nos quedaría alguna
ganancia. Si el resultado es positivo, el proyecto es viable.
Basta con hallar VAN de un proyecto de
inversión para saber si dicho proyecto es viable o no. El VAN también nos
permite determinar cuál proyecto es el más rentable entre varias opciones de
inversión. Incluso, si alguien nos ofrece comprar nuestro negocio, con este
indicador podemos determinar si el precio ofrecido está por encima o por debajo
de lo que ganaríamos de no venderlo.
La fórmula del VAN es:
VAN = BNA – Inversión
|
VAN > 0 → el proyecto es rentable.
VAN = 0 → el proyecto es rentable
también, porque ya está incorporado ganancia de la TD.
VAN < 0 → el proyecto no es rentable.
Entonces para hallar el VAN se
necesitan:
·
tamaño de la inversión.
·
flujo de caja neto proyectado.
·
tasa de descuento.
Veamos un ejemplo:
Un proyecto de una inversión de 12000 y
una tasa de descuento (TD) de 14%:
año 1
|
año 2
|
año 3
|
año 4
|
año 5
|
|
Flujo de caja neto
|
4000
|
4000
|
4000
|
4000
|
5000
|
El beneficio neto nominal sería de 21000
(4000 + 4000 + 4000 + 4000 + 5000), y la utilidad lógica sería 9000 (21000 –
12000), pero este beneficio o ganancia no sería real (sólo nominal) porque no
se estaría considerando el valor del dinero en el tiempo, por lo que cada
periodo debemos actualizarlo a través de una tasa de descuento (tasa de
rentabilidad mínima que esperamos ganar).
Hallando el VAN:
VAN = BNA – Inversión
VAN = 4000 / (1 + 0.14)1 +
4000 / (1 + 0.14)2 + 4000 / (1 + 0.14)3 + 4000
/ (1 + 0.14)4 + 5000 / (1 + 0.14)5 – 12000
VAN = 14251.69 – 12000
VAN = 2251.69
Si tendríamos que elegir entre varios
proyectos (A, B y C):
VANa = 2251.69
VANb = 0
VANc = 1000
Los tres serían rentables, pero
escogeríamos el proyecto A pues nos brindaría una mayor ganancia adicional.
Tasa interna de retorno (TIR)
La TIR es la tasa de descuento (TD) de
un proyecto de inversión que permite que el BNA sea igual a la inversión (VAN igual
a 0). La TIR es la máxima TD que puede tener un proyecto para que sea rentable,
pues una mayor tasa ocasionaría que el BNA sea menor que la inversión (VAN
menor que 0).
Entonces para hallar la TIR se
necesitan:
·
tamaño de inversión.
·
flujo de caja neto proyectado.
Veamos un ejemplo:
Un proyecto de una inversión de 12000
(similar al ejemplo del VAN):
año 1
|
año 2
|
año 3
|
año 4
|
año 5
|
|
Flujo de caja neto
|
4000
|
4000
|
4000
|
4000
|
5000
|
Para hallar la TIR hacemos uso de la
fórmula del VAN, sólo que en vez de hallar el VAN (el cual reemplazamos por 0),
estaríamos hallando la tasa de descuento:
VAN = BNA – Inversión
0 = 4000 / (1 +
i)1 + 4000 / (1 + i)2 + 4000 / (1 + i)3 +
4000 / (1 + i)4 + 5000 / (1 + i)5 – 12000
i = 21%
TIR = 21%
Si esta tasa fuera mayor, el proyecto
empezaría a no ser rentable, pues el BNA empezaría a ser menor que la
inversión. Y si la tasa fuera menor (como en el caso del ejemplo del VAN donde
la tasa es de 14%), a menor tasa, el proyecto sería cada vez más rentable, pues
el BNA sería cada vez mayor que la inversión.
Funciones de las finanzas en una empresa
Todas las funciones de las finanzas (o
del encargado o del área o departamento de las finanzas) en una empresa, se
basan en dos funciones principales: la función de inversión y la función de
financiamiento.
Estas funciones son opuestas, pero, a la
vez, complementarias, por ejemplo, si depositamos dinero en una cuenta
bancaria, estaremos invirtiendo dinero (inversión) y, a la vez, el banco
estaría financiándose (financiamiento). Y, por otro lado, si obtenemos un
crédito del banco (financiamiento), el banco estaría invirtiendo (inversión).
Una operación financiera, siempre puede
ser vista desde dos puntos de vista diferentes, pero complementarios, desde el
punto de vista la inversión y desde el punto de vista del financiamiento.
Inversiones
La función de inversiones por parte de
finanzas consiste en:
1. Buscar opciones de inversión con las que pueda contar la empresa, opciones
tales como la creación de nuevos productos, adquisición de activos, ampliación
del local, compra de títulos o acciones, etc.
2. Evaluar dichas opciones de inversión, teniendo en cuenta cuál presenta una
mayor rentabilidad, cuál nos permite recuperar nuestro dinero en el menor
tiempo posible. Y, a la vez, evaluar si contamos con la capacidad financiera
suficiente para adquirir la inversión, ya sea usando capital propio, o si
contamos con la posibilidad de poder acceder a alguna fuente externa de
financiamiento.
3. Seleccionar la opción más conveniente para nuestro negocio.
La búsqueda de opciones de inversión se
da cuando:
1. Queremos hacer crecer el negocio, por ejemplo, al adquirir nuevos activos,
nueva maquinaria, lanzar nuevos productos, ampliar el local, comprar nuevos
locales, etc.
2. Contamos con exceso de liquidez (dinero en efectivo que no vamos a
utilizar) y queremos invertirlo con el fin de hacerlo crecer, por ejemplo, en
la adquisición de títulos o acciones, en depósitos de cuentas bancarias, etc.
Para evaluar y conocer la rentabilidad
de una inversión se hace uso del Análisis Financiero, del cual, una de sus
principales herramientas, son el VAN y eL TIR.
Financiamiento
La función de financiamiento por parte
de finanzas consiste en:
1. Buscar fuentes de financiamiento para la empresa, fuentes tales como
préstamos, créditos, emisión de títulos valores, de acciones, etc.
2. Evaluar dichas fuentes de financiamiento, por ejemplo, en el caso de
adquirir un préstamo o un crédito, evaluar cuál nos brinda mejores facilidades
de pago, cuál tiene un menor costo (menor tasa de interés). Y, a la vez,
evaluar nuestra capacidad para hacer frente a la adquisición de la deuda.
3. Seleccionar la más conveniente para nuestro negocio.
La búsqueda de financiamiento se da
cuando:
1. Existe una falta de liquidez para hacer frente a las operaciones diarias
del negocio.
2. Queremos hacer crecer el negocio, por ejemplo, queremos adquirir nueva
maquinaria, lanzar un nuevo producto, ampliar el local, etc., y no contamos con
capital propio suficiente para hacer frente a la inversión.
Para evaluar las diferentes fuentes de
financiamiento, se hace uso de las Matemáticas Financieras.
martes, 24 de mayo de 2016
Se buscan líderes, no jefes
En épocas de vacas gordas, las empresas solo se preocupan en
mejorar resultados, despachan más que venden, y no se preguntan si tienen
capataces o líderes. La crisis ha hecho volver la cabeza a los trabajadores.
“Los directivos nos dicen que han superado una crisis, y no pueden despedir a
más personas por adelgazar el coste, pero nos preguntan si tienen los trabajadores
adecuados para llevar el negocio de forma sostenible hacia el futuro y la
internacionalización. Quién se cuestiona qué hacer con su empresa, cambia su
papel de jefe a líder, e identifica el perfil de cada trabajador para aplicarlo
en futuros giros del negocio”, cuenta Alberto Blanco, director general de Grupo
Actual.
¿Por qué el liderazgo da un mejor resultado empresarial que el
ordeno y mando? Estudios sobre el funcionamiento del cerebro (realizados con
herramientas como la resonancia magnética funcional), han detectado que un
trato irrespetuoso sube la tensión sanguínea y genera estrés. “Es el camino a
la depresión, la segunda enfermedad de mayor crecimiento en países
desarrollados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El jefe es irrespetuoso,
y no siempre se manifiesta en gritos. El líder trabaja para sacar el máximo
talento, y para ello debe haber respeto, confianza y motivación”, explica José
María Gasalla, codirector del programa decoaching ejecutivo de Deusto Business School.
El rígido
estilo de dirección de los jefes ha quedado anticuado porque no es competitivo,
desmotiva a las plantillas, y provoca la huida de los mejores trabajadores. No
solo eso, un informe realizado por el IESE señala al estilo de gestión, a la
falta de motivación de los empleados y a la mala calidad laboral (rigidez de
horarios, falta de expectativas y estrés laboral) como tres de las cuatro
causas del absentismo en el trabajo. Este defecto de gestión no es gratis,
costó 9.271 millones de euros a España en 2014, informa Adecco.
UNA LÍNEA DELGADA
A las empresas con más mujeres ejecutivas les va mejor, según estudio
El Peterson Institute for International Economics acaba de
publicar un estudio sobre la diversidad de género entre los directivos y el
rendimiento corporativo de sus empresas. La muestra es amplia, casi 22.000
compañías de múltiples sectores y tamaños nada menos que en 91 países, lo cual
permite generalizar los resultados con bastante fiabilidad. Algunas de sus
conclusiones, dado que estamos ya en pleno siglo XXI, llaman a la reflexión
sobre este tema tan tratado y no por ello menos desconocido del papel de la
mujer en los contextos de trabajo.
El descubrimiento más llamativo del
estudio es que las empresas que cuentan al menos con un 30% de mujeres en los
niveles ejecutivos tienen un 15% más de beneficios que las que están por debajo
de este porcentaje. Hay un buen número de países, de hecho, que tienen
reguladas cuotas obligatorias de participación de mujeres en los consejos de
administración.
Por qué la existencia de una masa crítica
de mujeres directivas podría resultar tan beneficiosa para el negocio?
Evidentemente no tenemos ningún motivo para suponer que las mujeres sean más
competentes que sus colegas masculinos. Sin embargo, cuando una mujer llega a
estos puestos ha tenido que pasar por pruebas bastante más duras que un hombre,
con lo cual sí podemos imaginar un efecto de auto selección que en cierta forma
suba el listón.
En cualquier caso, en mi opinión lo que
cuenta es el conjunto de factores de la organización que terminan generando
esta diversidad. Entre ellos destacaría una cultura que supera estereotipos y
prejuicios, que basa sus decisiones de recursos humanos en méritos
profesionales y no en circunstancias personales. Evidentemente no podemos
desligar el rol de la mujer profesional de las cuestiones familiares y de
maternidad, aunque no sea éste el caso de todas nosotras. De hecho, uno de los
factores que el estudio encuentra más relevante es el tipo de medidas que las
empresas adoptan sobre los permisos de paternidad, que guarda una correlación
positiva y significativa con la proporción de mujeres ejecutivas. Esto ya nos
dice mucho tanto de la filosofía de la propia organización como de la
mentalidad de los empleados. Es una cuestión que trasciende el mundo del trabajo,
una forma de entender la sociedad y la diversidad de roles, la igualdad y la
inclusión. Y para la empresa es una cuestión de entender el mundo en que se
desenvuelve, lo que su capital humano necesita y a lo que aspira. Aún nos queda
muchísimo por avanzar en este campo de la diversidad de género. Y ni siquiera
hemos tocado el tema de las diferencias salariales, que visto el resultado de
este estudio requerirían una cuidadosa revisión, al menos en los estamentos
directivos.
viernes, 6 de mayo de 2016
Como la inteligencia emocional enriquece tu trabajo
Los espacios de trabajo son a menudo esos micromundos complejos, llenos
de rivalidades entre compañeros, y con una frecuente desconexión emocional
entre jefes y empleados. No siempre se trabaja con las expectativas y la
comodidad que uno desearía. Presiones, estrés, horarios imposibles, escasa
comunicación entre los miembros que conlleva no solo a la improductividad y a
la ineficacia de esa empresa o esa entidad laboral, sino a la infelicidad de sus componentes. Una insatisfacción que en
muchas ocasiones acaba extendiéndose al plano personal y familiar de cada uno…
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Y EL ÉXITO PROFESIONAL
Hemos de tener clara una cosa: las personas somos emocionales antes que
racionales. Pensaremos del modo más lógico y razonal posible, pero casi siempre
actuaremos de acuerdo a nuestras emociones. De ahí que a menudo suela verse cómo los mejores
líderes empresariales siempre son aquellos que saben ver las necesidades de sus
empleados, fomentando un buen ambiente de trabajo, ahí donde cada individuo se
sienta cómodo para expresar ideas, ahí donde exista flexibilidad, oportunidades
de participación, donde todos se sientan escuchados y valorados.
La inteligencia emocional es
indispensable tanto para llegar a ser un buen líder, como para rendir y
aprovechar al máximo la realidad laboral de cada uno. Un ejemplo ilustrativo de cómo las emociones
y su manejo tienen un peso esencial en este ámbito, lo tiene un reciente
estudio realizado en Reino Unido y publicado en el periódico "The
Guardian". En él intentaba verse cómo afrontaban los trabajadores
los altibajos económicos actuales en sus respectivos puestos y sectores. El
resultado fue curioso y comprensible, podía verse como la mayoría de individuos
se posicionaban en el "modo de supervivencia", es decir, se aferraban
a lo que tenían en esos instantes fuera cual fuera su situación.
Esta sensación de "anclaje absoluto" a ese trabajo fueran cual
fueran las situaciones, les generaba a su vez una fuerte sensación de estrés e
infelicidad. Eran pues incapaces de ver otras opciones, nuevas oportunidades.
Es decir, el propio estrés terminaba bloqueándoles.
Obviamente
estas situaciones son más que comprensibles, ante épocas de crisis toda persona
se aferra a lo poco que tenga, a ese trabajo que le aporta un medio económico
con el que subsistir a pesar de que, las condiciones en las que trabaje, no
sean las adecuadas. Pero los expertos en Inteligencia Emocional nos señalan que
hemos de aprender a gestionar nuestra realidad y nuestras emociones. En ocasiones, tiempo de crisis es
también tiempo de oportunidades, ahí donde empezar a ser creativos, a buscar
nuevas opciones de crecimiento personal y laboral. Hay que evitar bloqueos, manejar el estrés y evitar ante todo
que se nos priven de nuestros derechos como trabajadores.
CONSEJOS PARA DESARROLLAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL TRABAJO
Lo sabemos, el primer consejo sería sin duda educar a nuestros jefes en
materia de Inteligencia Emocional. Pero mientras aguardamos a que se suceda la
transformación, empezaremos por nosotros mismos, que es sin duda lo esencial.
Veámoslo pues:
1. Escúchate a ti mismo:
Importante
que conozcas aquellas situaciones que más estrés y ansiedad te provocan en el
ámbito laboral. Establece una serie de prioridades para ver ante todo si esa
ansiedad está afectando directamente a tu vida personal… ¿duermes mal por las
noches, te cuesta levantarte por las mañanas para ir al trabajo, han cambiado
las relaciones con los tuyos por culpa del trabajo? Analiza pues esas situaciones estresantes e
intenta afrontarlas: ¿es un compañero? ¿es tu jefe? ¿es el trabajo en sí?
Piensa en ello, recordando ante todo separar el ámbito laboral del personal.
Cuando llegues a casa, relájate, busca tiempo para ti.
2. Escucha, no oigas
Sabemos que
en los ámbitos laborales se escuchan muchas cosas. Esos compañeros que nos
llegan con la necesidad de criticar a otros, esos rumores que nos llegan de vez
en cuando, esas informaciones que lejos de ayudarnos nos perjudican… es esencial que aprendamos a focalizar la
atención en aquello que es realmente importante, y que "silenciemos" nuestros oídos de
aquello que no lo es. Las personas hábiles en Inteligencia emocional,
saben centrar la antención en lo que es esencial, separándolo del simple "ruido".
3. Presta atención al lenguaje corporal
Las emociones no solo están en nuestras palabras, sino también en
nuestros gestos y expresiones. Atiéndete no solo a ti mismo y en cómo ofreces
"información no verbal a tus compañeros", fíjate también en ellos,
atiéndelos para comprenderlos y obtener así aún más información del medio
laboral en el que te mueves cada día.
Piensa que los escenarios de trabajo son como micromundos dotados de un lenguaje propio, están llenos de rumores, de emociones, de miedos y deseos, en ocasiones de envidias y por qué no, también de deseos de alcanzar grandes metas y proyectos. Si todos los miembros fueran capaces de entenderse y respetarse unos a otros, seguro que se seríamos mucho más productivos, efectivos… y felices.
Piensa que los escenarios de trabajo son como micromundos dotados de un lenguaje propio, están llenos de rumores, de emociones, de miedos y deseos, en ocasiones de envidias y por qué no, también de deseos de alcanzar grandes metas y proyectos. Si todos los miembros fueran capaces de entenderse y respetarse unos a otros, seguro que se seríamos mucho más productivos, efectivos… y felices.
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