Optimizar el clima laboral en la
compañía es uno de los principales cometidos en los departamentos de recursos
humanos. Esta labor tiene que estar fuertemente ligada con la cultura de la
empresa, pero sobre todo con el tipo de liderazgo existente en la
organización. Debido a la crisis puede que no se estén dedicando los recursos
suficientes a mejorar el entorno laboral, lo que lejos de ser un ahorro puede
convertirse en un problema que consuma más recursos de los que pretende
ahorrar.
Os mostramos algunas prácticas en
las empresas que consiguen motivar y favorecen un ambiente proclive al
compromiso para que el clima laboral sea más que respirable.
Establecer canales de comunicación que fluyan en varias
direcciones. En sentido a los empleados, con el fin de que se trasmitan
correctamente la misión, visión y valores de la empresa pero también para que
estos sepan qué se espera de ellos. Pero necesariamente en sentido inverso. El feedback que
podamos recoger sobre valoración de los procedimientos, necesidades de
formación y sugerencia de mejoras será la mejor fuente de información sobre la
temperatura de la empresa. Realizar una comunicación de tipo horizontal con
el resto de miembros es una forma óptima de hacer que el personal se sienta
integrado en el organigrama.
Retribuir los logros alcanzados. Si no es el momento de incentivar
en forma de remuneración económica, no dejemos por ello de hacerlo. Podemos
establecer un sistema de premios relacionados con la flexibilidad de la jornada
o gratificar con tiempo libre. Facilitar la conciliación con la vida fuera de
la empresa es una de las medidas que más influyen en la constitución de un buen
clima laboral. Y nunca está de más, felicitar por el trabajo bien hecho.
Formación. Saber detectar las necesidades de
formación de cada empleado y trabajar para cubrirlas. La formación en nuevas
destrezas o funciones o en aquellas en las que se necesita una mejora puede
romper con la monotonía de las actividades más tediosas. Reforzar conocimientos
aumenta la confianza en el desempeño de las funciones y la sensación de que se
es una persona versátil y cualificada para el cumplimiento de distintas tareas.
Se producirá una mejora en el
rendimiento y en la motivación de los empleados.
Delegar. Las funciones de tipo mecánico y sin
responsabilidades fomentan el aburrimiento y la apatía. ¿Y si variamos y se
buscan nuevos retos para la plantilla? En general, delegar agiliza el
funcionamiento de las empresas y mejora la sensación de autonomía y
responsabilidad construyendo un clima de confianza
que potenciará que los empleados se identifiquen con los objetivos de la
empresa.
Uno de los elementos
clave en la generación de un buen clima laboral es tener las herramientas de trabajo en
óptimas condiciones. Equipos y software deben actualizarse
cuando lo requieran. Mobiliario, buenas fuentes de luz, a ser posible natural.
Crear un espacio bien organizado, limpio y ordenado es fundamental para el
desarrollo de una jornada laboral eficaz.
Si nos decidimos a
aplicar estas medidas en nuestra empresa necesitaremos evaluar el impacto que
han tenido. Podemos recoger las opiniones a través de una encuesta de clima laboral, aunque no
descartemos otras vías como buzón de sugerencias, intranet o redes sociales. La
evaluación nos permitirá analizar sobre qué puntos necesitamos incidir y qué
logros hemos conseguido. Otra vez la comunicación, compartamos los datos y las
conclusiones con los empleados y las acciones de mejora que se emprenderán.
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