Vales más cuando sabes lo que quieres
¿Conoces la fórmula para comunicar mejor de Víctor Küppers?:
V= [H+C] x A, donde V=Valor, H=Habilidades,
C=Conocimientos, A=Actitud
La fórmula de Küppers destaca el llamado "efecto actitud":
nuestro valor o el valor de lo que comunicamos aumenta enormemente cuando
mejora nuestra actitud.
Tu actitud es más probable que sea positiva cuando eres feliz con lo
que haces. Si te levantas por las mañanas angustiado porque no haces algo que
te motive, es imposible que puedas ir por ahí con una buena actitud. Por este
motivo, una gran mayoría de personas en la sociedad no tienen una actitud
positiva en general, ya que van a un trabajo que no les satisface, únicamente
porque hacen lo que el entorno les dice que deben hacer para ser felices.
En opinión de Küppers la pregunta que debemos hacernos en la vida, y que no
se puede eludir de ninguna manera si pretendemos ser felices, es:
¿Cuál es tu objetivo en la vida?
Lo que vales está en función de lo que transmites a los demás. Me refiero
al valor percibido por los otros. Otra cosa es que intrínsecamente cada uno
tiene un valor por ser persona y debe ser respetado como tal. Ahora bien, lo
que los demás perciben es lo que va a dotarnos de valor extrínseco, lo que nos
aporta reconocimiento y valoración.
Todo en la vida no es reconocimiento y valoración por los demás, ni mucho
menos. En el sentido de lo que decía antes, lo fundamental es encontrar
cuál es el objetivo vital de cada uno, tu pasión, aquello que le da sentido a
lo que haces. Esto último es lo que en última instancia te da la felicidad y
aporta valor a tu vida. Ser coherente con lo que uno es y desea es clave para
el éxito en la vida.
Vales más cuando aportas más
En la vida social las personas son valoradas por lo que aportan a los
demás. Por ello, los conocimientos, habilidades y experiencia suman para
contribuir a los intereses de las empresas que nos contratan, y así ha sido
durante mucho tiempo. El interés de la fórmula de Küppers es que señala que lo
que vales se multiplica por el grado de actitud que tengas. ¿Quién no se
ha encontrado alguna vez siendo el elegido para un trabajo cuando ha demostrado
una actitud positiva con ganas de aprender y de contribuir?
Quizá no lo sepas, o sí, pero seguramente muchas veces tú has sido escogido
para un trabajo, o por una pareja, o por unos amigos para estar contigo, no
porque fueras el más inteligente, atractivo, o divertido, sino porque has
transmitido una actitud tan positiva de ayudar a mejorar ese trabajo, de hacer
sentir mejor a tu pareja, o de escuchar y preocuparte por tus amigos, que
han llevado a todos ellos a enfocarse en ti y apostar por ti, olvidándose
de lo que quizá no sabes hacer tan bien o no eres tan brillante.
Vales más cuando te sabes desenvolver en la adversidad
En la actualidad se da mayor relevancia a la actitud, cuando muchos se han
dado cuenta que las personas con entusiasmo, positivas y flexibles son
capaces de adaptarse mejor a los cambios, de ser creativas en entornos de
incertidumbre y de gestionar mejor los conflictos y las emociones. Por esta
razón, Küppers crea la fórmula en que la actitud es primordial ya que
multiplica en lugar de solo sumar, y eso hace posible que una persona con menos
conocimientos o habilidades pueda estar a la altura de una situación igual o
mejor que otra gracias a su comportamiento, al demostrar con él una actitud
verdaderamente positiva.
Por otra parte, la actitud es importante no porque hagamos lo que queremos
hacer, sino porque también tengamos la habilidad de afrontar los problemas y de
no escondernos de lo que nos da miedo
Lo cierto es que la adversidad consigue despertar el talento que quedaría
dormido en una situación de calma y confort. Es en la adversidad cuando debemos
ser imaginativos, vencer miedos, superarnos y tomar retos que en otro caso no
nos atreveríamos a llevar a cabo. Precisamente, ante las situaciones difíciles
o de cambio, es cuando surgen las oportunidades y la posibilidad de
reinventarse, como nos sugiere Helen Keller: “Cuando una de las
puertas de la felicidad se nos cierra, otra se abre. Pero a menudo nos quedamos
mirando tanto tiempo la puerta cerrada, que no vemos la puerta que tenemos
abierta.”
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